Uno de los grandes tesoros de nuestra bodega es la nave de crianza de nuestro vino blanco chardonnay fermentado en barrica. En Castillo de Monjardín nació el primer vino blanco español fermentado en barrica, un proceso hasta entonces más ligado a la cultura del borgoña. Es un producto de primera línea que sigue sorprendiendo a los paladares mas exquisitos.

Esta nave de barricas para hacer la crianza de nuestros mejores Chardonnays tiene una capacidad de 70 barricas nuevas de roble Frances. En su interior, podemos sentir lo especial que son estos vinos, el aroma se apodera de los sentidos y, si se permanece en silencio, se puede llegar a oír el corazón de un vino elaborado de manera artesanal y mimo desde septiembre hasta julio en permanente contacto con sus lias dando una textura unica al paladar. Tras su crianza en barrica, estos Chardonnays son criados para ser Reservas de 5 años, dando como resultado un vino fresco y elegante.

El primer vino blanco español fermentado en barrica

Hasta entonces se trataba de un proceso de elaboración de vino más ligado a la cultura del borgoña. Hoy en día, El Chardonnay Fermentado en Barrica Monjadrín es un producto de primera línea que sigue sorprendiendo a los paladares mas exquisitos.

Tras su crianza en barrica, estos Chardonnays son criados para ser Reservas de 5 años, dando como resultado un vino fresco y elegante.

Vinos Exclusivos
Chardonnay Fermentado en Barrica 6 meses
Chardonnay Reserva 5 años 

El Único Chardonnay Dulce Natural

De nuestro viñedo «Azqueta» situado en Villamayor de Monjardín, a una altitud de 580mts., convergen unas condiciones climáticas excepcionales: verano seco, noches frías y final de otoño lluvioso, dando lugar a que a final de noviembre comenzara a producirse en la uva la «Botrytis Cinerea» o ¨noble¨

Chardonnay vendimiado en enero

Después de las primeras nieves y siendo afectado por botritis noble. Estilo Tokaji, elaborado 100% con uvas pasas como categoría Esencia. Solo elaboramos este vino los mejores años. Por cada 20 kilos de uva obtuvimos un kilo de uva pasificada. El mosto, fermentó en barrica nueva de 300 litros durante 40 días. Se embotelló sin filtrar para no perder ningún componente. Así obtenemos un vino dulce muy fino con aromas a compota, higos, miel y un final con una ligera acidez que lejos de resultar pesado, lo hace extremadamente elegante. Ideal para acompañar repostería.